sábado, 17 de noviembre de 2018

Candy Candy Final Story ~ El joyero de los Recuerdos. Parte 2


Hola amig@s! Muchas gracias por estar pendientes de mis publicaciones y por dejar sus comentarios en cada una de ellas ^___^

Antes de continuar con el análisis del contenido del Joyero de los Recuerdos, quiero comentarles que hace poco recibí un regalo que en verdad fue toda una sorpresa. Este inesperado obsequio me ha motivado a escribir nuevos posts que traerán mucha nueva información relacionada con la novela Candy Candy Final Story, así que no dejen de estar al tanto de mis próximas publicaciones aquí en el blog.

Bueno, sin más preámbulo, les presento la segunda parte dedicada al resto de artículos que se encuentran guardados dentro del entrañable joyero de Candy.


Los recortes de revistas y periódicos

Como ya lo había mencionado en la primera parte de este breve ensayo, además de las cartas, Candy menciona otros objetos muy importantes para el contexto del relato entre los que destacan un conjunto de recortes de revistas y periódicos sobre los que la autora ha sido muy específica al mencionar la forma en que se encuentra guardado todo este material, dentro de un sobre grueso, y de qué tratan estos.

Quel giorno, quando ho preso in mano il ritaglio di giornale inviatomi da Annie, i miei sentimenti mi hanno travolta come una valanga, impedendomi perfino di restare in piedi.
Accasciata a terra, ho osservato la foto di Terry. Avevo la vista offuscata e, nel timore di bagnare con le lacrime quell'immagine, l'ho allontanata da me. Tuttavia, mi è quasi sembrato di allontanare lo stesso Terry e, subito dopo, l'ho stretta al petto. 

Prendo dal portagioie una spessa busta al cui interno ho riposto quel rilaglio. Per molto tempo, la fotografia mi ha accompagnato ovunque andassi, e risulta perciò piuttosto rovinata, ma la virile immagine di Terry è rimasta intatta ancora oggi. 

Aquel día, cuando tomé entre mis manos el recorte de periódico que me envió Annie, mis sentimientos me embargaron como una avalancha, impidiéndome incluso permanecer de pie.  
Tirada en el suelo, observé la foto de Terry. Tenía la vista borrosa y, con el temor de bañar con las lágrimas aquella imagen, la alejé de mi. Sin embargo, casi me pareció alejar al propio Terry e, inmediatamente después, lo estreché contra mi pecho. 

Tomo del joyero un sobre grueso en cuyo interior coloqué aquel recorte. Por mucho tiempo, la fotografía me acompañó adonde quiera que iba, y por eso está bastante maltratada, pero la viril imagen de Terry ha permanecido intacta hasta hoy.
(Candy Candy - Lettere, Tomo II, Tercera parte, P. 137)