sábado, 8 de septiembre de 2018

Candy Candy Final Story ~ El Joyero de los Recuerdos. Parte 1

Cuánto tiempo queridos lectores desde mi última publicación. Lamentablemente las horas pasan demasiado rápido y el día a día no me ha permitido un espacio de tiempo suficiente para dedicarme a seguir compartiendo más información con ustedes. Sin embargo, arrancándole unos minutos al día, logré terminar este post que tenía pendiente desde hace varios meses y ahora finalmente puedo publicarlo.

Continuando con el análisis de Candy Candy Final Story y las pistas que nos lleven a descubrir la identidad del amado de Candy (Ano hito / Esa persona), entre las muchas novedades que esta nueva novela nos ha traído, se menciona un objeto muy particular que la autora decidió convertir en el centro de atención de todo el desarrollo narrativo de la tercera parte de su historia, el mismo que da pie para que la Candy adulta rememore una diversidad de hechos relevantes de su pasado y haga una serie de reflexiones sobre todo lo ocurrido hasta entonces, así como actualizarnos sobre la vida de algunos de los personajes que formaron parte de su largo camino hacia la felicidad. El objeto al que me estoy refiriendo es el joyero con incrustaciones que el amado de Candy decidió regalarle y que en el presente de la novela sirve de custodio de sus recuerdos:

Dal fondo di un armadietto estraggo un grande portagioie intarsiato.  
Questo voluminoso oggetto, impreziosito da madreperla e piccole gemme, si tramanda di generazione in generazione nella famiglia dell'uomo che amo. Ho provato a dirgli che una cosa tanto belle e di valore non mi si addice, ma lui si è messo a ridere e non ha desistito dal suo proposito, dicendo che potevo farne ciò che volevo. 
Questo scrigno, troppo lussuso perché io lo adoperi, racchiude solo le cose per me davvero importanti: i miei riccordi. All'interno ci sono ritagli di riviste e giornali. E un fascio di lettere. (...)
Desde el fondo de un armario extraigo un gran joyero con incrustaciones. 
Este voluminoso objeto, embellecido con madreperla y pequeñas gemas, se transmite de generación en generación en la familia del hombre que amo. Intenté convencerlo de que algo tan hermoso y de valor no va conmigo, pero él se echó a reír y no desistió en su propósito, diciendo que podía hacer lo que quisiera. 
Este cofre, demasiado lujoso para que lo utilice, encierra sólo las cosas que son verdaderamente importantes para mi: mis recuerdos. En el interior hay recortes de revistas y periódicos. Y un manojo de cartas. (...) 
(Candy Candy - Lettere, Tomo II, Tercera parte, P. 112)